Un cronopio pequeñito buscaba la llave en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.
Julio Cortázar.
Historias de Cronopios y de famas(1962)
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