Muchos yo de muchas veces

Fui monje alguna vez, enclaustrado.
Supe ser un ruiseñor libre y extendido
Yo me atreví a abandonar al tiempo
y luego fui un conejo apurado.

Fui superior en un final macabro
fui un esclavo que araba a granel
Yo fui la musa de algun pincel
y supe ser el genio inspirado

Mas nada sirve a veces
cuando de espinas se visten los cardos
podré verme al espejo y sonreirme
pero es inútil si por dentro estoy llorando.

Escueto de 1 año y 9 meses

Hubieramos pactado con la muerte
que se llevara algo inservible,
una piedra inerme, un fruto agrio..
Hubieramos creído en ese,
el creador de todo lo que ya viste
pero, en vano, sé que no oye el viejo...

Hubiera dado mi sangre en aquelarres
o en brujerías que nadie sabe,
en ilusiones de oasis fértiles.
Y hubiera echado con la moneda
de ambas caras iguales, para mi suerte,
con tal de que no perdieras.

Pero así en vano, todo será un imposible.
So... mientras tanto... seguí afinando...
ya seguiremos la escalera al cielo
y si ves a Lucy, querido diamante,
solo seguí brillando en vos, loco.
Ya seguiremos el sendero de tu vuelo temprano....

22/02/10 1 año y 9 meses....

Confesión de Invierno

"Quisiera acceder a palabras que pudieran descifrarme.
Sujetarme de ellas y comprenderme frente al espejo.
Quisiera reverberar en el aire entre las partículas que fluyen
como la risa despreocupada de quien sonríe todas las noches.

Quisiera vacilar frente a la lluvia arropada en los cristales
y tener motivos para ir a la esquina a chapotearla.
Juzgar sin dedos; por la razón, y no por lo corriente.
y doctorarme con honor en el colegio de entendedores.

Quisiera hablar de cosas que valieran la pena
y solo en el ego la lengua se me sale.
Patinaría si me importaran las otras voces
o así yo creo que estoy errante.

Darte las gracias será una forma
quizás, de abrirme, paso entre sombras
nublada vista, pasión de normas.
De quebrantar lo que se erige así
más debería de agradecerte.
Mucho más por cachetadas
que al alma dáis para animarla,
cuando se nubla, si estás presente
tenerme en cuenta y protegerme.

Tenerte en cuenta, ya sé, como debiera corresponderme."

Leyenda del genio o del rey-lagarto

Había una vez, un genio que salío de la botella nada más que para convertirse en rey. Entonces le ocurrió que comenzó a brotarse de un color verde obscuro, casi fangoso, y sus dientes a alargarse y afilarse, y su rostro a estirarse, hasta adoptar la forma de un lagarto. Su magia nada podía hacer para remediarlo, por lo que el "rey lagarto", tal como se lo conoció desde entonces en toda Mauritania, comenzó a pronunciar toda clase de edictos absolutamente descabellados, sin reposar siquiera a pensar que algunos se contradecían con otros. Es que al salir de su botella, limpia y cristalina, forzó el vidrio que la formaba, y vióse el genio reflejado en ese espejo. Y ya sabéis, que no debe verse uno en un espejo roto.
Su insanía iba y venía, cual corcél de calesita, en un ciclo único y continuo. Sus pieles caían y volvían a crecer, y finalmente, el rey lagarto se resignó a que no volvería a adoptar ya más su vieja túnica de seda y su bello color azul en los ojos. Entonces recordó que un viejo sabio le había dicho alguna vez que "cada uno está en su mambo". La frase retumbó en su ya segmentada memoria con tal fuerza, que al cabo de unos días, el rey no se volvió a molestar en pensar en su transmutación. Y retomó sus edictos descabellados, y rió por todos los bosques, y lloró por todos los lagos, y fingió no molestarse por aquello o lo otro. Y sí, si cada uno está en su mambo....