América

Del continente exactamente opuesto
llegaron vetustos hombres de códigos rotos
a destrozar el mundo nuevo,
a corromper las almas vírgenes,
a saquear espíritus, a decorarse en oro.

Del revoltoso continente transoceánico
vinieron con espejos de colores
a falsear leyes, a modernizar dioses
a despojar al hombre de sus honores.

Y se han llevado hasta la sangre que nada sirve
para escribirla en manuales como bandera
para que niños de sus escuelas y sus países
sepan que hay reyes que sostener,
reinas que defender
y mundos lejanos que hacer civiles.

Triste la América sostiene
entre su sudor y su sangre
a un resto de alcurñas, de alta estirpe
que no sabe arañarse al bregar la tierra

Becquer

Hoy solo quiero dejar algo de quien me abrigó al calor de su poesía y me inspiró las primeras rimas. Y aún ho lo sigue logrando.... Gustavo Adolfo Becquer

RIMA XLVI

  Tu aliento es el aliento de las flores,
  tu voz es de los cisnes la armonía;
  es tu mirada el esplendor del día,
  y el color de la rosa es tu color.
  Tú prestas nueva vida y esperanza
  a un corazón para el amor ya muerto:
  tú creces de mi vida en el desierto
  como crece en un páramo la flor.

RIMA XXXVIII



Los suspiros son aire y van al aire.

Las lágrimas son agua y van al mar.

Dime, mujer, cuando el amor se olvida,

¿sabes tú adónde va?

Los nuevos cantos

Salmo Primero

No puedo obviarte en mis nuevos cantos
los pergaminos los enterré
la historia juzgue nuestros pasados
para encargarme de hoy a tu merced.

No quiero el bardo desprestigiado
ni mucho menos tomar el té
un punto medio entre los costados
ese equilibrio sin hacer pie

Digamos, pues un sol de invierno
un mar de enero, un tentempie
un beso armado entre ambos besos
un abrazo justo para coser.


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Salmo Segundo

No hemos dado al convite de la charla demasiado
y sin embargo me alcanzarían dos palabras
para contarte lo que está pasando,
para deciros todo eso que se me escapa.
Un juego eléctrico, intelectual y largo
de horas y horas, y horas sin hacer agua
de imaginar y seguir imaginando
de saber que esto es el mundo y nada más falta.

Y sin trasluces, sin expresiones, sin ojos de enfrente
sin manos, ni piel, ni cercanías entre los labios
sin estar cerca sentir que estás presente
que el mundo reducido vale las letras que vas dejando.

Cuento con el agrado de recordarte, memoria mía, que te has olvidado del turno con el otorrinolaringologo el pasado martes a las 15:30. Llamó su secretaria el martes mismo, con cierto enojo en su voz diciendome a mí que ya era suficiente, que era la quinta vez que le suspendía y/o dejaba de asistir al consultorio . Y todo por culpa tuya.

Del quiosquero ni te cuento. Cuando me vió pasar me corrio cuadra y media porq me fió dos alfajores Guaymallén y una Cepita multifruta el sabado, y hoy dos días despues no se los pagué.

El gas lo cortaron, la luz no porque frené al tipo cuando vino hoy por la mañana. Los vecinos enojados por el escándalo y porque ni agradezco cuando me prestan una taza de azucar.

y todos, absolutamente todos, en contra mía por tu culpa memoria mía.

Por último te quiero decir lo siguiente

......

disculpame, ¿que te estaba diciendo? es que se me olvido

Con esa gracia divina que te sobra,
pasás rauda delante de mis ojos.
El alma se me llena de antojos
y el amor edifica su obra.
Ni sé tu nombre, aún, y ya te busco
debiera preguntarte alguna vez...
sabrás que estoy tan falto de juez
que ya perdí la razón y la memoria.

Apareces y me sonrío por vez primera
como si todo fuera a aprenderse aquí y ahora
como si, en fin, no existiera otra cosa
y fuera un día de primavera.
Ay!, quiero decirte, poder decirte
la dulce imagen que figuré
cuando te vi se fue lo triste
creció a raudales mi poca fé.

Corazon con su cielo gastado
tissue que en tu boca me puedo romper
armazón totalmente quebrado
calor de la alfombra tan solo en mis pies.
Shavuot siete dias seguidos y contando
haciendo flores de glassé
poesía a tu nombre y te amo
poesía de llanto, de no poder ser.

Al menos en sueños te sigo buscando
trepando castillos de naipes quedé
tendido en el suelo, entre huellas de zapatos
más duro que el hielo, más frío que él.

Almacenes de besos truncados
dos bolsas de nadie para acurrucar.
billetes que compran los enamorados
los días que flores no pueden morder

Cristal de persona, telgopor de muchacho
cieguito de calles en filo del sol
cruzando avenidas repletas de autos
siguiendo en la vida por desilusión.