Los nuevos cantos

Salmo Primero

No puedo obviarte en mis nuevos cantos
los pergaminos los enterré
la historia juzgue nuestros pasados
para encargarme de hoy a tu merced.

No quiero el bardo desprestigiado
ni mucho menos tomar el té
un punto medio entre los costados
ese equilibrio sin hacer pie

Digamos, pues un sol de invierno
un mar de enero, un tentempie
un beso armado entre ambos besos
un abrazo justo para coser.


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Salmo Segundo

No hemos dado al convite de la charla demasiado
y sin embargo me alcanzarían dos palabras
para contarte lo que está pasando,
para deciros todo eso que se me escapa.
Un juego eléctrico, intelectual y largo
de horas y horas, y horas sin hacer agua
de imaginar y seguir imaginando
de saber que esto es el mundo y nada más falta.

Y sin trasluces, sin expresiones, sin ojos de enfrente
sin manos, ni piel, ni cercanías entre los labios
sin estar cerca sentir que estás presente
que el mundo reducido vale las letras que vas dejando.