Querés la sangre que se derrama
desde mis dedos por toda tu espalda,
acariciando tu cuerpo demorado
en madurar todos estos años.
Ya te prendiste a mi rojo y leuco
y no entendés que hay que ver el cielo
también. Es el exceso de amor sincero
que rebotando se evapora y queda solo el sexo.
Querés la sangre que no te alcanza
¿ya solo soy una vaca sagrada?
no me toques, no me mires, no me pienses
ahora me debo a muchísima gente.
Mi leche está desprendiendo nata
alimentando cuotas de esperanza,
no tengo el gen en los pantalones:
ahora otra cosa domina mis emociones.
Quiero ver qué pasa cuando no ahuyento moscas y se dilatan las rachas de gloria.
Quiero ver qué pasa si yo también voy de boca en boca, de boca en boca y de boca en boca...
Querías sangre toda derramada
ahora mis dedos nadan toda tu arca
buscando el alma y no la encuentro
habrá salido a pernoctar en otro cuerpo.
Estás vencida, fuera de tiempo,
tenés más roces que el propio pavimento.
No me toques, no me mires, no me pienses
soy roca de carbón incandescente.
Querés mi sangre pero no te alcanza
por eso vas de puerta en puerta, de casa en casa.
Mientras yo espero que me devuelvas
toda mi sed que te guardaste entre las piernas.
Me arranco el cuero, me hago granada
para estallar debidamente en medio de la manada.
El pulso está traspasando la vaina
pero mi lecho aún conserva guirnaldas.
Quiero ver qué pasa cuando no ahuyento moscas y se dilatan las rachas de gloria.
Quiero ver qué pasa si yo también voy de boca en boca, de boca en boca y de boca en boca...
Quiero ver qué pasa si yo también voy de boca en boca, de boca en boca y de boca en boca...